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La provincia tendrá un banco propio de cordón umbilical

La sangre recolectada como “células madre” podrá utilizarse para trasplantes de médula ósea.

La provincia comenzará a extraer sangre de cordón umbilical que se almacenará para ser utilizada para trasplante de médula ósea. Se trata de células progenitoras hematopoyéticas (CPH), conocidas  popularmente como células madre, las que se encuentran en mayor concentración en este lugar y tienen la capacidad de renovar las células sanguíneas.

El Incucai explica que "su principal característica es que son células inmaduras que pueden dividirse y diferenciarse para dar origen a todos los tipos celulares maduros de la sangre: glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas".

Ocurre que el cordón, luego del nacimiento, suele desecharse, pese a que puede aprovecharse para esta donación voluntaria que puede salvar vidas. Otra forma de conseguirlo es por punción de la médula ósea de un donante. 

 

Lo que hará la provincia es sumarse a otras regiones del país que ya recolectan esto en efectores estatales para enviarlo al Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical que funciona en el Hospital Garrahan de Buenos Aires.

Gabriela Hidalgo, directora del Incaimen explicó que este recurso se utiliza para trasplante en caso de enfermedades oncohematológicas (como leucemia y enfermedad de Hodgkin), genéticas (talasemia,  mucopolisacaridosis) e inmunodeficiencias genéticas. 

El subsecretario de Salud, Oscar Sagás, destacó que se trata de una actitud altruista vinculada al compromiso social. Se identifica como donación de cordón umbilical no relacionado, ya que va destinado a cualquiera que lo necesite, no necesariamente a un familiar. En este segundo caso se trata de donación "relacionada" ya que es para alguien que está emparentado.

Más compatibilidad

Cuando hay necesidad de trasplante, tal como sucede con otros órganos, hay que apelar al banco nacional y de no encontrarse allí, la búsqueda se hace extensiva a nivel mundial.

 

Pero la compatibilidad es más probable cuando se trata de personas de la misma etnia, por lo que el hecho de que se realicen donaciones desde Mendoza favorece las chances de encontrar compatibilidad más rápido, en un contexto en que el tiempo es vida.

Hay muchas demoras para conseguir donantes porque no hay hábito de donación y por eso el segmento de población local no tiene gran representación en el banco, según la directora de Maternidad e Infancia, Mónica Rinaldi.

De esta manera se ampliará el mapa genético gracias a la incorporación de muestras, lo que será beneficioso para los habitantes de Mendoza y Cuyo en particular. Actualmente la chance de encontrar compatibilidad es de 1 entre 40 mil personas. 

Si un chico tiene alguna enfermedad, la sangre del cordón no sirve para sí mismo, pero puede utilizarla algún familiar. Si se trata de alguien relacionado las posibilidades de encontrar compatibilidad son de entre 25 y 35%. En tanto cuando se  trata de muestras no relacionadas las chances aumentan hasta 50%. 

Consentimiento

Los funcionarios subrayaron que es fundamental dejar en claro que el procedimiento sólo se realiza con el consentimiento de la madre. Por ello se está trabajando en capacitar al personal sanitario que realiza la atención y seguimiento de las mujeres embarazadas, para que en la semana 20 de gestación puedan dar la información necesaria sobre esta posibilidad.

La idea es generar la inquietud y dar tiempo para que lo piensen y hablen en familia y justamente por eso es que se hace con tiempo, aclaró Rinaldi. 

Sagás destacó que las mujeres están en condiciones de donar luego de la semana 34 de gestación, ya que si el parto se produjese antes pueden presentarse complicaciones que sean un impedimento para el procedimiento.

La recolección de las células provenientes de la sangre del cordón se realiza en la sala de partos una vez que el bebé ha nacido, según detalla el Incucai. 

Después de la sección del cordón se realiza una simple punción de la vena del cordón umbilical y se extrae la sangre que ha quedado allí y en la placenta. Puede hacerse en caso de parto o cesárea y no es necesaria sangre adicional del bebé. 

Según Rinaldi, es un procedimiento que en nada afecta al bebé ni a la madre, ya que se realiza luego del nacimiento y antes del desprendimiento de la placenta. Asimismo destacó que es mucho menos invasivo que la punción de médula, que requiere anestesia. 

Se está capacitando al personal para que a partir de la semana 20 comiencen un trabajo de promoción y sensibilización ya que lo fundamental para el éxito del programa es que haya donantes.

Una vez hecha la extracción se cuenta en total con 36 horas para la crioconservación, 32 de las cuales están destinadas al traslado hasta Buenos Aires y 4 para evaluar la calidad de las muestras y crioconservarlas. 

Una gran fuente de células madre  

Las células del cordón umbilical pueden ser utilizadas para tratar enfermedades que requieren un trasplante de células madre (conocido popularmente como trasplante de médula ósea).

Tras el nacimiento de un bebé, el cordón umbilical es habitualmente desechado. Sin embargo, desde hace unos años, se descubrió que por la gran cantidad de células progenitoras hematopoyéticas  (CPH) que contiene, la sangre de cordón es efectiva para el tratamiento de enfermedades como la talasemia, la leucemia y los déficits inmunológicos severos combinados.

Primero en el Lagomaggiore

Este hospital será el primero con el que se comenzará a trabajar y la idea es incorporar paulatinamente más efectores. Se trata de la mayor maternidad de la provincia con un promedio de 6 mil partos anuales y esperan firmar convenio con el hospital Garrahan en junio, luego de lo cual se estará en condiciones de trabajar.

Hidalgo explicó que cuando la mujer manifiesta su voluntad de ser donante, luego de la semana  34 ya debe estar en Mendoza, en el efector donde se producirá el nacimiento, una caja conservadora donde se colocará y trasladará la muestra. 

¿Quiénes pueden?

Mujeres mayores de 18 años.

Con firma de consentimiento informado. 

Sin enfermedades  neoplásicas, inmunológicas ni infectocontagiosas (como VIH, hepatitis C y B).

Sólo en casos de embarazos únicos (no de mellizos, gemelos o más).

 

 

Por Médico Peter Edelstein, especial para CNN

Nota del editor: Un defensor dedicado a los pacientes con cáncer, el médico Peter Edelstein, es un cirujano con doble certificación que se asocia con pacientes con cáncer y sus seres queridos. Es autor del nuevo libro Own Your Cancer: A Take Charge Guide for the Recently Diagnosed and Those Who Love Them (Aduéñate de tu cáncer: una guía para hacerse cargo para los recién diagnosticados y aquellos que los aman).

(CNN) — Nadie está verdaderamente preparado para escuchar “tienes cáncer”; dos pequeñas palabras que, a pesar de los avances impresionantes en el tratamiento, inmediatamente conjuran imágenes aterradoras de pérdida de cabello, náuseas crónicas, cirugía e incluso la muerte.

Pero escuchar “la palabra con C” es incluso más abrumador cuando es completamente inesperado, cuando se le dice a una persona aparentemente saludable. La lesión inesperada en tu mamografía. El tumor insospechado en tu colonoscopia rutinaria. El nódulo sorpresa en la próstata en tu examen físico.

Y puede volverse más común: en México el cáncer es la tercera causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares y la diabetes de acuerdo con la Unión Internacional contra el cáncer (UICC) y se estima que cada año se detectan 128.000 casos nuevos según la Secretaría de Salud.

Así que, ¿qué hay que hacer primero cuando el cáncer te toma por sorpresa? Aquí están, en orden, cuatro acciones iniciales y una inacción que te ayudarán a permanecer orientado y con control de tu vida.

Respira. De verdad. Eres la misma persona hoy que la que eras ayer cuando no sabías que tenías cáncer. No tienes síntomas, así que aunque es posible, es improbable que el cáncer se haya extendido por todo tu cuerpo. Verdaderamente tienes tiempo para tranquilizarte y organizar tus pensamientos. Tu cáncer no se extiende con cada segundo o cada día. Respira y después comprométete a los siguientes cuatro pasos.

Acepta tu cáncer. Este es el paso más importante para tratar tu cáncer y tu vida.

Estás en shock por el diagnóstico. Así que muchos temores giran en tu cabeza. Nunca podrás entender esta enfermedad compleja y que amenaza a la vida. Estás demasiado abrumado. La persona independiente, exitosa, activa e inteligente que eras hace algunos días (antes de que fueras un “paciente con cáncer”) se desintegró rápidamente. Debes rendirte a “los expertos”; los médicos, enfermeros y terapeutas. Debes renunciar a toda participación en tu cuidado.

No, ¡no debes! No entregues el control de las decisiones que afectarán la duración y la calidad de tu vida a los expertos, que son extraños, que no saben nada sobre ti, el individuo, la persona.

No renuncies a tener el control de tu vida. Sigue con el control de tu vida al aceptar tu cáncer y aceptar la responsabilidad; aprender la cantidad limitada de hechos críticos sobre tu malignidad, seleccionar a los médicos, participar activamente en tus decisiones de cuidado. Acepta tu cáncer y permanece a cargo de tu vida.

No corras a buscar en internet. En medio de tu shock y temor inicial, lo peor que puedes hacer es saltar a revisar en la red. No solo estás emocionalmente volátil, no estás preparado para entender e interpretar las estadísticas de tratamiento y pronóstico que se relacionan con tu tipo y nivel de la enfermedad maligna.

Probablemente no posees todavía el conocimiento para diferenciar lo creíble de las capas de sitios web de “terapia alternativa” loca que flotan en el espacio. No te preocupes. Si sigues el paso dos y verdaderamente aceptas tu cáncer, pronto reconocerás sitios confiables y traducirás exitosamente la información en conocimiento significativo específico para ti.

Selecciona los médicos correctos. La mayoría de los pacientes diagnosticados con cáncer están tan abrumados que simplemente aceptan sin preguntarle al cirujano, oncólogo de radiación y oncólogo al que son referidos. ¿Pero quién hace estas referencias? Los médicos que realmente no te conocen te refieren a otros médicos que no te conocen en lo absoluto.

Nadie mejor que tú y que tus seres queridos entienden tu personalidad, estilo y enfoque a la vida (incluidos los retos de la vida). Eres, por mucho, el más adecuado para seleccionar a los médicos que deben asociarte contigo para luchar contra la enfermedad.

Puede ser extraño para ti, incluso intimidante, pero necesitas seleccionar a tus médicos, entrevistar a tus médicos. No, no tendrás el conocimiento para analizar profundamente la pertinencia de sus recomendaciones de tratamiento (es por eso que debes entrevistar a más de uno) pero realmente escuchas cómo interactúan contigo y con tu familia.

¿Aprecian las preguntas? ¿Están interesados en educarte? ¿Te sientes apresurado? ¿Son demasiado serios? ¿No son lo suficientemente serios? Para participar activamente en tu cuidado, necesitas seleccionar a médicos que sean la mejor opción para ti.

Entiende dos características críticas de tu cáncer. Sí, eres lo suficientemente inteligente para aprender sobre las dos características críticas de tu cáncer, al ser guiado por tus médicos y fuentes creíbles, y al poner ese conocimiento en buen uso.

Primero, debes aprender cómo se comporta tu tipo específico de cáncer, ya que cada uno (mama, próstata, lo que sea) es único. En segundo lugar, debes entender tu etapa específica de cáncer. Las etapas difieren según el tipo de cáncer. Sin embargo, algo común a todas las etapas es la evaluación objetiva de tu tumor, de la diseminación maligna (metástasis) de tus nódulos linfáticos, y la metástasis de tumor a órganos o estructuras distintos.

Tu tipo específico de cáncer y etapa determinan todo lo que te importa: tu probabilidad de cura, tratamientos potenciales (y, por lo tanto, riesgos asociados y efectos secundarios), y tu probabilidad de tratamiento recurrente de cáncer.

Sí, el cáncer te tomó por sorpresa. Pero tienes el tiempo y la inteligencia para hacer los movimientos correctos. Aduéñate de tu cáncer.

Cuando alguien que usted conoce tiene cáncer

Puede resultar difícil enterarse que alguien que usted conoce tiene cáncer. Es posible que usted tenga muchas preguntas sobre el cáncer y sobre cómo puede hablar y actuar alrededor de una persona que lo padezca. Si usted es una persona allegada a alguien con cáncer, éste también puede ser un momento de mucha angustia y tensión para usted.

Si la persona con cáncer se trata de alguien en su lugar de trabajo, podría también preguntarse sobre cómo su situación laboral se verá afectada durante el diagnóstico y tratamiento. Los supervisores puede que se pregunten sobre qué pueden hacer para ayudar en lo posible a la persona mientras que aún puedan hacer su trabajo. La comunicación y flexibilidad son clave.

Qué se puede esperar cuando alguien que conoce tiene cáncer

Posibles efectos físicos

Existen algunos cambios físicos en común entre muchos de los pacientes de cáncer. El cáncer en sí causa algunos de estos cambios, mientras que otros son el resultado de los efectos secundarios por el tratamiento. Tome en cuenta que cada experiencia de cáncer es diferente. La persona con cáncer puede que experimente o no los siguientes cambios:

  • Pérdida del cabello, incluidas las cejas y pestañas.
  • Aumento o pérdida de peso.
  • Aumento o pérdida de apetito.
  • Cambios en los sentidos del gusto o el olfato.
  • Cansancio extremo (también referido como fatiga).
  • Piel y labios pálidos o cambios en el color de la piel.
  • Desfiguramiento (por ejemplo, la pérdida de un brazo o de un seno después de una operación contra el cáncer).
  • Náusea y vómito.
  • Falta de sueño.
  • Falta de concentración.

Para muchos pacientes de cáncer, el efecto secundario más difícil de sobrellevar es el cansancio. La gente reporta que el cansancio puede ser abrumador, y se sorprende de cuánto cansancio puede sentir tras mucho tiempo de haber terminado el tratamiento. La recuperación de una cirugía puede durar mucho tiempo, y una persona puede sentirse agotada meses después de una operación. La quimioterapia puede durar muchas semanas con fuertes medicamentos que empeoran el cansancio, mientras el cuerpo se recupera. La gente que recibe radioterapia también reporta cansancio extremo. La persona con cáncer también puede presentar estrés y problemas emocionales, lo que aumenta al agotamiento. El cansancio puede perdurar por muchos meses después de haber concluido el tratamiento.

Posibles efectos emocionales

De nuevo, cada persona responde de manera diferente al cáncer y a su tratamiento. Es normal sentirse triste sobre los cambios que surgen como consecuencia del diagnóstico del cáncer. La persona con cáncer puede pasar por algunos de estos frecuentes cambios emocionales y de humor a diario, o incluso cada hora. Esto es normal. Una persona con cáncer puede experimentar una combinación de las siguientes emociones y pensamientos:

  • Incertidumbre
  • Enojo
  • Sentimiento de pérdida de control
  • Tristeza
  • Miedo
  • Frustración
  • Culpabilidad
  • Cambios de humor
  • Sentimientos más fuertes o más intensos
  • Un sentimiento de estar desconectado o aislado de los demás
  • Soledad
  • Resentimiento

Al mismo tiempo, la persona puede descubrir algunos cambios positivos:

  • Un mayor sentido de capacidad de recuperación o fortaleza
  • Paz, o una sensación de tranquilidad
  • Una idea más clara de sus prioridades en la vida
  • Una apreciación mayor de su calidad de vida y de las personas que quiere

El cáncer puede ser muy impredecible. Alguien con cáncer puede sentirse muy bien un día y terriblemente al día siguiente. Puede esperar que su compañero(a) o familiar tenga días buenos y días malos. Aprender a vivir con la incertidumbre es parte de aprender a vivir con el cáncer, tanto para el paciente como para los que le rodean.

Podrá haber momentos en que la incertidumbre y el miedo provoquen que la persona con cáncer se sienta enojada, deprimida o encerrada en sí misma. Esto es normal y forma parte del proceso de aflicción. Con el paso del tiempo, la mayoría de las personas se pueden ajustar a su nueva realidad y seguir adelante. Algunos pueden necesitar ayuda adicional de un grupo de apoyo o de un profesional de la salud emocional para aprender a sobrellevar la situación. Para más información sobre este tema, consulte nuestro documento Ansiedad, miedo y depresión.  

¿Cómo vive la gente con cáncer?

La gente crea todo tipo de estilos para salir adelante durante su vida. Algunos son muy reservados, mientras que otros son más abiertos y hablan acerca de sus emociones. Los estilos para salir adelante ayudan a la gente a manejar situaciones personales que sean difíciles, aunque algunos estilos funcionan mejor que otros. Algunos usan el humor y encuentran que es un alivio para la naturaleza tan seria de su enfermedad. Pero algunos puede que se retraigan y se aíslen de los familiares y amigos. Un diagnóstico de cáncer puede ocasionar muchos cambios, por lo que la gente trata de mantener el mayor control posible, como una forma de lidiar con la situación. Algunas personas se alteran mucho, o parecen entristecerse. Pueden estar llorando la pérdida de una autoimagen sana, o la pérdida de control sobre sus propias vidas.

Algunas personas descubren que lo que más les ayuda es simplemente mantener la esperanza y hacer lo que se pueda por conservarla. La esperanza implica muchas cosas para cada persona y la gente puede tener esperanza por muchas cosas mientras enfrenta el cáncer.

Podría suponer que las personas que son positivas y optimistas tienen que estar negando el hecho de tener cáncer. Si la persona que usted conoce aparenta estar en una actitud positiva y no estar afectada por el hecho de tener cáncer, no debe suponer automáticamente que esté negando la enfermedad. Aprovechar el día al máximo puede ser simplemente una forma de enfrentar su situación. Mientras esté recibiendo atención médica, probablemente no se esté negando que tiene cáncer, y su estilo personal de enfrentar la enfermedad debe ser respetado. Para más información remítase la información sobre el cáncer y los efectos emocionales.

Maneras de responder

¿Qué podría decirle a la persona que tiene cáncer?

Es normal sentir que no sabe qué decir a una persona que tiene cáncer. Es posible que usted no conozca muy bien a la persona o puede que se trate de una relación cercana. Lo más importante que puede hacer es decirle de la manera más apropiada y prudente, que está enterado de su enfermedad. Puede mostrar interés y preocupación, puede expresar aliento o puede ofrecer apoyo. A veces, las expresiones más sencillas son las que tienen más significado. Y a veces, tan sólo escuchar es el mayor apoyo que puede ofrecer.

¡Responda con el corazón! A continuación le presentamos algunas ideas:

  • "No estoy seguro(a) de qué decir, pero quiero que sepas que sí me preocupo por ti".
  • "Lamento saber que estás pasando por esto".
  • "¿Cómo sigues?"
  • "Si quieres hablar de ello, aquí estoy".
  • "Por favor avíseme si te puedo ayudar".
  • "Estaré pensando en ti".

Aunque es bueno tratar de alentar, es importante no mostrar un optimismo falso o decirle a la persona con cáncer que conserve siempre una actitud positiva. Esto podría ser visto como una forma de minimizar las preocupaciones y los sentimientos de miedo y tristeza. También puede ser tentador decir que sabe cómo se siente, pero, aunque usted puede saber que éste es un momento difícil, nadie puede saber exactamente cómo se siente una persona con cáncer.

Emplear un buen sentido del humor puede ser una manera importante para sobrellevar la enfermedad; también puede ser otra forma de apoyo y aliento. Deje que la persona con cáncer tome la iniciativa; es saludable si la persona encuentra algo gracioso sobre los efectos secundarios, como la pérdida del cabello o el aumento en su apetito, y usted seguramente puede reírse con la persona. Ésta puede ser una buena manera de aliviar el estrés y de desconectarse un poco de una situación tan seria. Sin embargo, usted nunca querrá hacer chistes a menos que sepa con seguridad que la persona con cáncer puede sobrellevar esto con el humor correspondiente.

Cuando la persona con cáncer se vea bien, ¡dígaselo! Evite comentarios cuando la apariencia no sea tan buena, tales como "te ves pálido(a)" o "has bajado de peso". Es muy probable que la persona esté muy consciente de ello, y puede que ésta se sienta apenada por el comentario.

Por lo general es mejor no contar historias acerca de parientes o amigos suyos que han tenido cáncer. Todos son diferentes, y puede ser que estas historias no le ayuden. En su lugar, está bien hacerle saber que usted está familiarizado(a) con el cáncer debido a que ya ha tenido la experiencia con alguien más. Así, la persona con cáncer podría continuar la conversación a partir de ahí si así lo desea.

¿Qué puedo hacer sobre la confidencialidad?

Respetar la privacidad es muy importante. Si la persona le confía que tiene cáncer, no se lo debe decir a nadie más sin su permiso. Deje que la misma persona con la enfermedad sea quien informe sobre su cáncer. Si alguien más le pregunta sobre ello, le puede decir: "realmente no me corresponde a mí hablar de esto, pero seguramente agradecerá su preocupación. Le diré que preguntó por él (o ella)".

Tal vez sienta raro si oye a manera de rumor, chisme o cotilleo que alguien tiene cáncer. Tal vez quiera preguntarle a la persona que le dijo esto, si es algo que todos saben. Si no lo es, probablemente no le deba decir nada a la persona con cáncer. Si todos lo saben, ¡no lo ignore! Le podría decir a la persona con cáncer, de manera afectuosa, "supe lo que le está pasando, y lo siento mucho".

Puede que se sienta enojado(a) o lastimado(a) si alguien con quien tiene una estrecha relación, no le contó inmediatamente sobre su diagnóstico de cáncer. Pero sin importar cuán cercana sea su relación, puede tomar tiempo para que alguien se ajuste emocionalmente y esté listo para compartir su situación. No lo tome como algo personal. Mejor concéntrese en cómo puede ayudar a la persona, ahora que ya lo sabe. Para más información consulte el documento Después del diagnóstico: una guía para pacientes y sus familias de la Sociedad Americana del Cáncer.

¿Cómo supero la sensación incómoda que tengo al estar junto a la persona que tiene cáncer?

Sentirse apenado(a) por su alguien enfermo, o sentir culpabilidad por gozar usted de buena salud es una reacción normal. Sin embargo, usted hace que estos sentimientos sean útiles al convertirlos en ofrecimientos de apoyo. Al preguntar cómo puede apoyar puede eliminar algo de esta incomodidad. El cáncer es una enfermedad que da miedo y puede crear mucha dificultad para quienes no han tratado con ella. No se sienta avergonzado(a) de sus propios temores o incomodidades. Exprésese con sinceridad con la persona sobre cómo se siente, y tal vez vea que hablar sobre esto es más fácil de lo que pensó.

Recuerde cuidarse a sí mismo. Si tiene más o menos la misma edad que la persona que tiene cáncer, o si tienen una relación muy cercana, tal vez esta experiencia le provoque inquietud. El cáncer nos hace tener conciencia de nuestra propia mortalidad. Tal vez experimente sentimientos similares a los que siente la persona con cáncer: incredulidad, tristeza, incertidumbre, enojo, insomnio y temor sobre su propia salud. Si esto es lo que pasa, tal vez quiera buscar ayuda con un profesional de la salud emocional, algún grupo de apoyo local o acudir con un consejero si en su compañía se ofrece algún Programa de Ayuda para los Empleados (Employee Assistance Program - EAP). También puede usar otras fuentes de asesoría, como su proveedor de seguro médico o servicios de apoyo religioso.

Una lista básica de qué hacer y qué no hacer

Qué sí hacer:

  • Prestar atención a las señales que le dé la persona con cáncer. Algunas son muy reservadas, mientras que otras hablarán más abiertamente de su enfermedad. Respete la necesidad de la persona para compartir o su necesidad de privacidad.
  • Permitir que sepa que usted se preocupa.
  • Respetar su decisión de cómo se va a tratar el cáncer, aunque no esté de acuerdo.
  • Incluir a la persona en los proyectos normales o en actividades sociales. Deje que él o ella diga si el compromiso es demasiado.
  • Escuchar sin sentir que siempre tiene que contestar. A veces, lo que la persona más necesita es alguien que escuche con empatía.
  • Esperar que la persona con cáncer tenga días buenos y malos, emocional y físicamente.
  • Mantener su relación tan normal y balanceada como sea posible. Estas situaciones requieren de mayor paciencia y empatía, y su compañero(a) también debe seguir respetando sus sentimientos como usted respeta los suyos.
  • Ofrecer ayuda en forma específica y concreta (vea las sugerencias que se ofrecen más adelante).

Qué no hacer:

  • Ofrecer opiniones o consejos no solicitados.
  • Sentir que tiene que aguantar cambios de humor o muestras violentas de enojo. No debe aceptar un comportamiento que interrumpa el trabajo porque alguien está enfermo.
  • Tomar las cosas demasiado personales. Es normal que la persona con cáncer esté más callada de lo normal, que necesite tiempo para estar solo, y que a veces manifieste enojo.
  • Tener miedo de hablar de la enfermedad.
  • Sentir que siempre tiene que hablar de cáncer. Tal vez su amigo(a) disfrute conversaciones que no tengan que ver con su enfermedad.
  • Tener miedo de abrazar o tocar a su amigo(a), si dicho contacto era parte habitual antes de la enfermedad.
  • No sea condescendiente. Trate de no usar un tono de "¿qué tan enfermo está hoy?", cuando le pregunte "¿cómo está?".
  • Decir a la persona con cáncer "puedo imaginar cómo te sientes", porque en realidad esto no es posible.

Ofrecer apoyo

¿Cómo puedo ofrecer apoyo?

Recuerde que la persona con cáncer que usted conoce, puede resultarle difícil pedir ayuda o puede parecerle vulnerable. Decirle a alguien "usted es muy valiente", o "es muy fuerte" puede poner demasiada presión sobre ellos para mostrarse fuertes o valientes cuando no tienen la energía para serlo. Las familias pueden ejercer presión no intencionada a los pacientes de cáncer cuando esperan o necesitan que sean fuertes todo el tiempo. En ese caso, tal vez pueda jugar un papel importante para un amigo que tiene cáncer. Él o ella quizás le conoce bien y le tiene la confianza para decirle cosas sin que usted tenga la relación o expectativas de un pariente. Este tipo de relación puede ser un gran regalo para alguien con cáncer.

Es por naturaleza humana que uno quiera distanciarse de alguien cuando esa persona enferma. El cáncer nos obliga a enfrentar nuestros propios temores acerca de las enfermedades, debilidades o muerte. Esto puede provocar que evitemos a la persona afectada. Sin embargo, el aislamiento puede ser un problema para la gente con cáncer. ¡Haga un esfuerzo adicional por acercársele!

Si su amigo(a) necesita equipo médico o dinero para ayudar a cubrir los costos relacionados con el tratamiento, usted puede averiguar si se puede donar algo u organizar una rifa para juntar dinero. O simplemente puede pedir contribuciones para comprar algo que se necesite, si es que no lo cubre el seguro.

Su amigo(a) podría buscarle para pedirle consejo sobre asuntos financieros, del trabajo u otras preocupaciones. Hable con honestidad. Si puede, ayude; pero si ofrecer este tipo de asesoría le hace sentir inconveniente, dígalo. Hay muchos lugares donde la persona puede buscar apoyo y ayuda, y usted le puede sugerir que busque la ayuda de un profesional que esté mejor calificado para ofrecerla. Para más información remítase al documento en inglés Financial Guidance for Cancer Survivors and Their Families: How to Find a Financial Professional Sensitive to Cancer Issues.

¿De qué manera concreta puedo ayudar?

La clave es la comunicación. Continúe interactuando como solía hacerlo con su compañero(a) en lo posible y hablen sobre cómo la persona está sobrellevando la situación y lo que necesita. Pero no sienta que siempre tienen que hablar sobre la enfermedad. Inclúyale en actividades y eventos sociales. Si no tiene ánimos para algo, permítale que decline la invitación, y continúe considerándole para otras ocasiones salvo que le indique lo contrario.

Pregúntele qué necesita y deje que él o ella le diga qué es con lo que más le puede ayudar. Ofrezca ayuda específica, en lugar de decir: "Llámeme si te puedo ayudar". A continuación se ofrecen algunas sugerencias:

  • Envíe o prepare una comida. Haga los arreglos para un programa de entrega de comidas.
  • Ofrezca ayudar con el cuidado de los niños. Organice un programa para llevarlos y traerlos de la guardería.
  • Llevar y traer a la persona con cáncer a sus citas para tratamiento.
  • Ayude a hacer diligencias, tareas o quehaceres.
  • Ofrezca tomar sus llamadas si su amigo(a) se siente cansado(a) y necesita descansar.
  • Coordinar visitas en grupo, o coordinar el envío de tarjetas, flores o regalos.
  • Honre a su amigo(a) haciendo contribuciones a caridades, organizando donaciones de sangre o haciendo esfuerzos especiales en su nombre.
  • Ofrecer hacer alguna investigación sobre alguna pregunta que tenga sobre el cáncer o contactar a la Sociedad Americana del Cáncer al 1-800-227-2345.
  • Si la persona está de acuerdo, planee una fiesta cuando se haya terminado el tratamiento o en sus aniversarios. Siempre verifique con la persona con cáncer antes de llevar a cabo planes de fiesta, incluyendo mostrar una lista de las personas invitadas.

¿Qué puedo hacer si el cáncer regresa?

En algunos casos, el cáncer volverá a surgir (recurrir) y el tratamiento comenzará de nuevo. Tal vez la persona con cáncer reaccione igual al tratamiento o de una forma diferente a como reaccionó la primera vez. De nuevo, la comunicación es la clave. Muchos pacientes se alteran mucho cuando se enteran que les ha regresado la enfermedad. Podrían sentir que ya no tienen las reservas de energía emocional o física para pelear la batalla otra vez. Otros parecen aceptar una recaída más fácilmente. Tal vez la esperaban, o simplemente estaban listos, por la razón que sea, para luchar de nuevo. Usted puede ayudar más, si adquiere el conocimiento en cómo comunicarse mejor con la persona con cáncer.

¿Cuántas personas que actualmente están vivas han tenido cáncer alguna vez?

Hoy día, más de 15 millones de personas en los Estados Unidos han padecido algún tipo de cáncer y continúan vivas. Algunas de estas personas ya no tienen cáncer; mientras que otras todavía padecen la enfermedad.

En años pasados, la mayoría de las personas que tenían cáncer no vivían mucho tiempo, pero esto ya no es así. Cada año, más y más personas sobreviven al cáncer. Este es especialmente el caso para los niños con cáncer y aquellos cuyos cánceres fueron encontrados temprano, antes de que se propagaran.

 

Las tasas de supervivencia son diferentes para las personas con diferentes tipos de cáncer. Algunos tipos de cáncer crecen muy despacio. Algunos responden al tratamiento muy bien. Otros se desarrollan y se propagan más rápidamente, siendo más difíciles de tratar. Si usted conoce a alguien que padece cáncer, recuerde que lo que le sucede a esa persona puede ser muy diferente a lo que le sucede a otra con  cáncer.

 

https://www.cancer.org/es/tratamiento/como-comprender-su-diagnostico/como-hablar-sobre-cancer/cuando-alguien-que-usted-conoce-tiene-cancer.html

La donación de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH) es un acto voluntario, libre, gratuito y solidario que consta de dos instancias: la inscripción y la donación.

Entre la inscripción y la donación puede pasar mucho tiempo, por lo que la inscripción como donante implica un compromiso a largo plazo.

La Inscripción

Se realiza en los centros habilitados en los Servicios de Hemoterapia de los Hospitales de todo el país. Los requisitos para donar células son: estar sano, tener entre 18 y 55 años, pesar más de 50 kilos y cumplir los requisitos para donar sangre.

1) El proceso de inscripción en el Registro se inicia cuando un técnico del Servicio de Hemoterapia informa al donante sobre el tema y responde todas sus preguntas sobre la donación y el trasplante de CPH para que pueda firmar el consentimiento informado y autorizar la extracción de sangre para realizar los estudios serológicos y de marcadores genéticos ABO-HLA.

2) Luego se extrae una unidad de sangre de la cual se toma una pequeña muestra para realizar el análisis del código genético (HLA).

3) En el laboratorio se analiza el código genético del donante y se tipifica, lo que permitirá evaluar la compatibilidad con los posibles receptores.

4) Por último, el código genético del donante se ingresa a la base informatizada del Registro Nacional y a la red internacional. La inscripción como donante voluntario implica ponerse a disposición en las búsquedas que se realicen.

El donante sólo será contactado si resulta compatible con algún paciente que requiera un trasplante de CPH.

  

La Donación

La donación se concreta sólo cuando hay un paciente que lo necesita y existe un donante 100% compatible genéticamente. Al estar reglamentada la búsqueda y el traslado de CPH para el trasplante, ni el paciente ni el donante deben viajar.

 

 

5) Si el código genético (HLA) de un donante inscripto en el Registro resulta compatible con el de un paciente que necesita un trasplante de CPH en cualquier lugar del mundo, el Registro se contacta con el donante para confirmar su decisión. Cuando el donante reafirma su voluntad de donar, se lo pone en contacto con el equipo médico que efectivizará el procedimiento.

6) El equipo médico evalúa el estado de salud del donante y conversa sobre el método de donación para que el donante pueda elegir el más apropiado

7) Se realiza la extracción de células utilizando la técnica elegida por el donante. Puede ser por sangre periférica, una práctica ambulatoria en la que se aplican vacunas para liberar las células madres al torrente sanguíneo para poder recolectarlas mediante aféresis; o por médula ósea, que se realiza bajo anestesia general mediante la punción del hueso de la cadera.

 

8) Las células extraídas son enviadas al lugar donde se encuentra el paciente y se realiza el trasplante que le permitirá reintegrarse a la sociedad sano.

 

 Por LA GACETA
 

 

Es una de las acciones más nobles del ser humano. Y aunque vivimos en una sociedad cada vez más materialista e individualista, la solidaridad está presente de alguna manera cuando se producen desastres colectivos, les tiene una mano a aquellos que están atravesando una situación límite o que viven en la exclusión social. Un pequeño acto de generosidad puede servir para salvar una vida.

El 1° de abril se evocó el Día Nacional del Donante de Médula Ósea, en coincidencia con el 15° aniversario de la creación del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH), del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante.

La donación y trasplante de médula ósea que pueden contribuir a curar males como la leucemia, la aplasia de la médula ósea, el linfoma, la mieloma, déficits inmunológicos y la talasemia, que es un trastorno sanguíneo que se transmite de padres a hijos. Entre un 25% y un 30% de estos pacientes tiene la posibilidad de encontrar un donante compatible en su grupo familiar. El 70% o 75% restante debe recurrir a un donante sano, voluntario y no emparentado. Para evitar el rechazo, la médula ósea donada debe ser 100% compatible con la del paciente y eso solo ocurre en un caso entre 40.000, razón por la cual, se necesitan cada vez más donantes. Desde la creación del CPH, en 2003, más de 500 argentinos recibieron un trasplante con donante no emparentado.

En Tucumán, la representante del Registro de Donantes de Médula Ósea del Cucaituc dijo que ya había 8.000 inscriptos y que la donación aumenta año a año. Agregó que en lo que va de 2018, son 14 tucumanos los que tuvieron la posibilidad de ser donantes y salvar a la misma cantidad de receptores de Argentina, Francia, Canadá, España y Estados Unidos. El Ministerio de Modernización informó que en sitio: argentina.gob.ar/donarmedula, se puede obtener información sobre el procedimiento para realizar la donación.

A fines de marzo de 2017, tuvo lugar una movilización frente al Congreso Nacional para concientizar acerca de la importancia de ser donante y reclamarles a los legisladores la creación de un laboratorio para la tipificación genética de las muestras de los voluntarios ya inscriptos. Actualmente, la sangre es enviada a Estados Unidos, donde es analizada junto con la del posible receptor para confirmar la total compatibilidad.

“La idea de que cualquiera pueda salvar una vida suena grandilocuente... y sin embargo puede concretarse con un simple gesto, como la donación de sangre, que es el primer paso... me acostaba todas las noches pensando en el momento en que me llamarían. Sabemos que es una posibilidad muy remota. ¡Y me pasó!”, contó una donante tucumana.

Sería importante que el Estado promoviera las prácticas solidarias en todos los niveles educativos, así como en el ámbito del deporte y en la administración pública. De ese modo habría una mayor conciencia y se despejarían los temores a donar médula ósea. “Es un momento de gloria; te sentís una elegida. Poder salvarle o mejorarle la vida a alguien, así no lo conozcas, es una sensación única”, dijo la comprovinciana. El escritor mexicano Alfonso Reyes afirmaba: “Cuando una mano se alarga para pedirme algo, pienso que esa mano puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto”

 

La sangre aún no ha podido sintetizarse. Por este motivo, el hecho de que sólo un millón de personas en la Argentina done sangre en forma voluntaria -la mitad de las cuales lo hace para ayudar a un familiar o un amigo- resulta claramente insuficiente. Un accidente, una cirugía, un problema de salud demandan transfusiones y los bancos de sangre realizan una labor insustituible si pueden contar con reservas ya analizadas en cantidad suficiente. Se estima que nueve de cada diez personas necesitarán una transfusión en algún momento de su vida.

La Red de Medicina Transfusional del Ministerio de Salud porteño se acerca a empresas e instituciones junto con Dale Vida y lleva atendidos a más de 60.000 donantes en 2017, lo cual permitió concretar 72.000 transfusiones. Para promover la donación solidaria se realizan anualmente entre 10 y 15 campañas en diferentes instituciones educativas y religiosas, al igual que en empresas.

En palabras de Oscar Torres, director del Instituto de Hemoterapia de La Plata y miembro de la Asociación Argentina de Hemoterapia e Inmunohematología (AAHI), deberíamos lograr que el 5% de la población donara sangre al menos dos veces al año para alcanzar la autosuficiencia en la materia. No parece demasiado ambicioso, pero lo es cuando como comunidad no tomamos conciencia de la importancia de sumar estos gestos voluntarios a lo cotidiano.

En el Día Internacional del Donante de Sangre, instaurado por la Organización Mundial de la Salud, cabe reiterar la importancia de promover la donación habitual y voluntaria. Este año, la campaña se centra en la donación en ocasión de emergencias. ¿Cómo ayudar? "Donar sangre. Donar ahora. Donar a menudo."

Los requisitos para donar sangre contemplan tener entre 18 y 65 años de edad, pesar más de 50 kilos, estar sano y disponer de media hora.

 

Es importante alentar a que todos podamos contribuir para que los servicios de salud estén preparados para una situación de crisis, pero también para cubrir las necesidades habituales. Educar y exhortar a los jóvenes para sumarlos y agradecer y homenajear a quienes ya donan es una forma de mantener activo el compromiso y trabajar para acrecentarlo.

Esta es una de las causas que acompaña Fundación La Nación, buscando promover la cultura solidaria, siendo un puente que conecta a los que más necesitan con aquellos que pueden comprometerse y participar.

 

http://www.lanacion.com.ar/2033342-dar-sangre-donar-vida

 

Inscribirse en el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de CPH es un acto solidario, voluntario y altruistaque les da una oportunidad a los pacientes que no tienen donante compatible en su familia.

 

¿Quién puede inscribirse como donante?

  • Todas las personas de 18 a 55 años que gocen de buena salud.

  • Pesar más de 50 kilos.

  • No tener antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas o infectocontagiosas.

 

Creado en 2003 por la Ley 25.392, funciona en el INCUCAI (Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante) y ha permitido incrementar cada año la lista de argentinos que se suman a la Red Mundial de donantes voluntarios.

Desde la creación del Registro Nacional de Donantes, el sistema de salud garantiza que todo paciente con indicación de trasplante con donante no relacionado, pueda ser tratado sin necesidad de viajar al exterior.

 

El Registro Nacional forma parte de la Red Internacional Bone Marrow Donors Worldwide (BMDW), que agrupa registros de más de 63 países y que actualmente cuenta con más de 32 millones de personas anotadas.

La donación de médula ósea se rige por el principio de solidaridad internacional. Toda persona inscripta en el Registro Argentino está dispuesta a donar CPH a cualquier persona del mundo que lo necesite.

Aquí podes ver cual es tu centro de donación mas cercano

 

 

https://www.argentina.gob.ar/donar-medula 

 

 

 

 

El 90% de la población puede donar sangre, pero menos de un 5% lo hace. Doná sangre de manera desinteresada y con regularidad: cada donación puede ayudar a más de una persona.

Todos en algún momento escuchamos “se necesitan donantes de sangre para el paciente (…). Por favor, concurrir a (…)”, o un amigo nos preguntó “¿podrás donar sangre para un familiar que la necesita?”. En nuestro país, como en tantos otros, se intenta modificar el sistema de donación de sangre actual, denominado de reposición, por un sistema voluntario, altruista y repetitivo. ¿Qué significa esto? 

Lograr, a través de un cambio cultural, que personas que se encuentran en buen estado de salud concurran voluntaria y espontáneamente a donar sangre sin que exista una solicitud previa.

Una persona que dona de forma voluntaria, desinteresada y libre de presiones es siempre más segura que aquella que lo hace bajo solicitud o condicionamiento. 

Un donante que repite su donación conoce el procedimiento, las causas de exclusión y sabe, por su proceder y conducta, que puede ser donante.

¿Quiénes pueden donar sangre?

Toda persona entre los 18 y 65 años de edad, con un peso superior a 50 kilogramos, que se encuentre en buen estado de salud, presentando un documento de identidad válido. Se podrá donar sangre si:

  • Han transcurrido al menos ocho semanas desde la última donación.
  • Si sos hipertenso o hipotiroideo y estas enfermedades se encuentran controladas.
  • Si tuviste hepatitis antes de los 12 años de edad.

Es recomendable haber descansado al menos seis horas la noche anterior a la donación y no está permitido ingerir alimentos con grasa, pero sí infusiones como té, café, mate o jugos de frutas.

¿Quiénes no pueden donar sangre?

Existe una serie de excepciones para ser aceptado como donante de sangre, algunas de ellas temporarias y otras definitivas. Para detectarlas se efectúa una serie de preguntas previas, las cuales están orientadas a cuidar la salud del donante y de quien recibirá su sangre. Algunas exclusiones son:  

  • Haber presentado fiebre o diarrea, o estar en tratamiento con antibióticos en los últimos días.
  • Presentar enfermedades cardíacas, pulmonares, asma bronquial, anemia, tuberculosis, enfermedades renales y/o diabetes en tratamiento con insulina.
  • Estar embarazada o transcurriendo los dos primeros meses luego del embarazo. 
  • Haberse efectuado tatuajes, acupuntura o perforaciones (piercing) en el último año.
  • Consumir drogas ilegales.
  • Mantener o haber mantenido relaciones sexuales con pacientes hemofílicos, dializados, usuarios de drogas ilegales, personas portadoras de VIH, hepatitis B o C, o múltiples parejas sexuales.  

Sin riesgos no hay excusas

Donar sangre es sencillo y no insume más de una hora hacerlo. En ese momento, el donante recibirá información, completará un cuestionario, responderá algunas preguntas y se le realizarán ciertas pruebas, tales como tensión arterial, temperatura, pulso y determinación de hematocrito, entre otras. La extracción de sangre no genera ningún problema, ya que la cantidad sustraída es menor al 7% del total de sangre y el organismo la regenera en unos días.

El material utilizado para la extracción siempre es nuevo, de uso único, estéril y descartable, con lo cual se garantiza la seguridad del donante y del paciente. 

La sangre siempre será minuciosamente analizada. De todas formas, existen “períodos de ventana”, que es el tiempo que transcurre desde el contagio de una enfermedad hasta la reactividad en los análisis. Durante dicho período, una enfermedad podría contagiarse sin ser detectada, razón por la que es de gran importancia la entrevista con el donante y su sinceridad en las respuestas.

¿Dónde donar?

Existen múltiples instituciones que receptan en el servicio de Hemoterapia.

Estos son los centros de Registro de Donantes de Medula 

http://www.incucai.gov.ar/index.php/component/content/article/20-institucional/lineas-de-accion/66-registro-nacional-de-donantes-de-cph#centros-de-donantes

 

 

Donar sangre con regularidad garantiza disponibilidad, seguridad y calidad de sangre para quienes lo necesitan.

Vos podés ayudar. 

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