Puede resultar difícil enterarse que alguien que usted conoce tiene cáncer. Es posible que usted tenga muchas preguntas sobre el cáncer y sobre cómo puede hablar y actuar alrededor de una persona que lo padezca. Si usted es una persona allegada a alguien con cáncer, éste también puede ser un momento de mucha angustia y tensión para usted.
Si la persona con cáncer se trata de alguien en su lugar de trabajo, podría también preguntarse sobre cómo su situación laboral se verá afectada durante el diagnóstico y tratamiento. Los supervisores puede que se pregunten sobre qué pueden hacer para ayudar en lo posible a la persona mientras que aún puedan hacer su trabajo. La comunicación y flexibilidad son clave.
Existen algunos cambios físicos en común entre muchos de los pacientes de cáncer. El cáncer en sí causa algunos de estos cambios, mientras que otros son el resultado de los efectos secundarios por el tratamiento. Tome en cuenta que cada experiencia de cáncer es diferente. La persona con cáncer puede que experimente o no los siguientes cambios:
Para muchos pacientes de cáncer, el efecto secundario más difícil de sobrellevar es el cansancio. La gente reporta que el cansancio puede ser abrumador, y se sorprende de cuánto cansancio puede sentir tras mucho tiempo de haber terminado el tratamiento. La recuperación de una cirugía puede durar mucho tiempo, y una persona puede sentirse agotada meses después de una operación. La quimioterapia puede durar muchas semanas con fuertes medicamentos que empeoran el cansancio, mientras el cuerpo se recupera. La gente que recibe radioterapia también reporta cansancio extremo. La persona con cáncer también puede presentar estrés y problemas emocionales, lo que aumenta al agotamiento. El cansancio puede perdurar por muchos meses después de haber concluido el tratamiento.
De nuevo, cada persona responde de manera diferente al cáncer y a su tratamiento. Es normal sentirse triste sobre los cambios que surgen como consecuencia del diagnóstico del cáncer. La persona con cáncer puede pasar por algunos de estos frecuentes cambios emocionales y de humor a diario, o incluso cada hora. Esto es normal. Una persona con cáncer puede experimentar una combinación de las siguientes emociones y pensamientos:
Al mismo tiempo, la persona puede descubrir algunos cambios positivos:
El cáncer puede ser muy impredecible. Alguien con cáncer puede sentirse muy bien un día y terriblemente al día siguiente. Puede esperar que su compañero(a) o familiar tenga días buenos y días malos. Aprender a vivir con la incertidumbre es parte de aprender a vivir con el cáncer, tanto para el paciente como para los que le rodean.
Podrá haber momentos en que la incertidumbre y el miedo provoquen que la persona con cáncer se sienta enojada, deprimida o encerrada en sí misma. Esto es normal y forma parte del proceso de aflicción. Con el paso del tiempo, la mayoría de las personas se pueden ajustar a su nueva realidad y seguir adelante. Algunos pueden necesitar ayuda adicional de un grupo de apoyo o de un profesional de la salud emocional para aprender a sobrellevar la situación. Para más información sobre este tema, consulte nuestro documento Ansiedad, miedo y depresión.
La gente crea todo tipo de estilos para salir adelante durante su vida. Algunos son muy reservados, mientras que otros son más abiertos y hablan acerca de sus emociones. Los estilos para salir adelante ayudan a la gente a manejar situaciones personales que sean difíciles, aunque algunos estilos funcionan mejor que otros. Algunos usan el humor y encuentran que es un alivio para la naturaleza tan seria de su enfermedad. Pero algunos puede que se retraigan y se aíslen de los familiares y amigos. Un diagnóstico de cáncer puede ocasionar muchos cambios, por lo que la gente trata de mantener el mayor control posible, como una forma de lidiar con la situación. Algunas personas se alteran mucho, o parecen entristecerse. Pueden estar llorando la pérdida de una autoimagen sana, o la pérdida de control sobre sus propias vidas.
Algunas personas descubren que lo que más les ayuda es simplemente mantener la esperanza y hacer lo que se pueda por conservarla. La esperanza implica muchas cosas para cada persona y la gente puede tener esperanza por muchas cosas mientras enfrenta el cáncer.
Podría suponer que las personas que son positivas y optimistas tienen que estar negando el hecho de tener cáncer. Si la persona que usted conoce aparenta estar en una actitud positiva y no estar afectada por el hecho de tener cáncer, no debe suponer automáticamente que esté negando la enfermedad. Aprovechar el día al máximo puede ser simplemente una forma de enfrentar su situación. Mientras esté recibiendo atención médica, probablemente no se esté negando que tiene cáncer, y su estilo personal de enfrentar la enfermedad debe ser respetado. Para más información remítase la información sobre el cáncer y los efectos emocionales.
Es normal sentir que no sabe qué decir a una persona que tiene cáncer. Es posible que usted no conozca muy bien a la persona o puede que se trate de una relación cercana. Lo más importante que puede hacer es decirle de la manera más apropiada y prudente, que está enterado de su enfermedad. Puede mostrar interés y preocupación, puede expresar aliento o puede ofrecer apoyo. A veces, las expresiones más sencillas son las que tienen más significado. Y a veces, tan sólo escuchar es el mayor apoyo que puede ofrecer.
¡Responda con el corazón! A continuación le presentamos algunas ideas:
Aunque es bueno tratar de alentar, es importante no mostrar un optimismo falso o decirle a la persona con cáncer que conserve siempre una actitud positiva. Esto podría ser visto como una forma de minimizar las preocupaciones y los sentimientos de miedo y tristeza. También puede ser tentador decir que sabe cómo se siente, pero, aunque usted puede saber que éste es un momento difícil, nadie puede saber exactamente cómo se siente una persona con cáncer.
Emplear un buen sentido del humor puede ser una manera importante para sobrellevar la enfermedad; también puede ser otra forma de apoyo y aliento. Deje que la persona con cáncer tome la iniciativa; es saludable si la persona encuentra algo gracioso sobre los efectos secundarios, como la pérdida del cabello o el aumento en su apetito, y usted seguramente puede reírse con la persona. Ésta puede ser una buena manera de aliviar el estrés y de desconectarse un poco de una situación tan seria. Sin embargo, usted nunca querrá hacer chistes a menos que sepa con seguridad que la persona con cáncer puede sobrellevar esto con el humor correspondiente.
Cuando la persona con cáncer se vea bien, ¡dígaselo! Evite comentarios cuando la apariencia no sea tan buena, tales como "te ves pálido(a)" o "has bajado de peso". Es muy probable que la persona esté muy consciente de ello, y puede que ésta se sienta apenada por el comentario.
Por lo general es mejor no contar historias acerca de parientes o amigos suyos que han tenido cáncer. Todos son diferentes, y puede ser que estas historias no le ayuden. En su lugar, está bien hacerle saber que usted está familiarizado(a) con el cáncer debido a que ya ha tenido la experiencia con alguien más. Así, la persona con cáncer podría continuar la conversación a partir de ahí si así lo desea.
Respetar la privacidad es muy importante. Si la persona le confía que tiene cáncer, no se lo debe decir a nadie más sin su permiso. Deje que la misma persona con la enfermedad sea quien informe sobre su cáncer. Si alguien más le pregunta sobre ello, le puede decir: "realmente no me corresponde a mí hablar de esto, pero seguramente agradecerá su preocupación. Le diré que preguntó por él (o ella)".
Tal vez sienta raro si oye a manera de rumor, chisme o cotilleo que alguien tiene cáncer. Tal vez quiera preguntarle a la persona que le dijo esto, si es algo que todos saben. Si no lo es, probablemente no le deba decir nada a la persona con cáncer. Si todos lo saben, ¡no lo ignore! Le podría decir a la persona con cáncer, de manera afectuosa, "supe lo que le está pasando, y lo siento mucho".
Puede que se sienta enojado(a) o lastimado(a) si alguien con quien tiene una estrecha relación, no le contó inmediatamente sobre su diagnóstico de cáncer. Pero sin importar cuán cercana sea su relación, puede tomar tiempo para que alguien se ajuste emocionalmente y esté listo para compartir su situación. No lo tome como algo personal. Mejor concéntrese en cómo puede ayudar a la persona, ahora que ya lo sabe. Para más información consulte el documento Después del diagnóstico: una guía para pacientes y sus familias de la Sociedad Americana del Cáncer.
Sentirse apenado(a) por su alguien enfermo, o sentir culpabilidad por gozar usted de buena salud es una reacción normal. Sin embargo, usted hace que estos sentimientos sean útiles al convertirlos en ofrecimientos de apoyo. Al preguntar cómo puede apoyar puede eliminar algo de esta incomodidad. El cáncer es una enfermedad que da miedo y puede crear mucha dificultad para quienes no han tratado con ella. No se sienta avergonzado(a) de sus propios temores o incomodidades. Exprésese con sinceridad con la persona sobre cómo se siente, y tal vez vea que hablar sobre esto es más fácil de lo que pensó.
Recuerde cuidarse a sí mismo. Si tiene más o menos la misma edad que la persona que tiene cáncer, o si tienen una relación muy cercana, tal vez esta experiencia le provoque inquietud. El cáncer nos hace tener conciencia de nuestra propia mortalidad. Tal vez experimente sentimientos similares a los que siente la persona con cáncer: incredulidad, tristeza, incertidumbre, enojo, insomnio y temor sobre su propia salud. Si esto es lo que pasa, tal vez quiera buscar ayuda con un profesional de la salud emocional, algún grupo de apoyo local o acudir con un consejero si en su compañía se ofrece algún Programa de Ayuda para los Empleados (Employee Assistance Program - EAP). También puede usar otras fuentes de asesoría, como su proveedor de seguro médico o servicios de apoyo religioso.
Recuerde que la persona con cáncer que usted conoce, puede resultarle difícil pedir ayuda o puede parecerle vulnerable. Decirle a alguien "usted es muy valiente", o "es muy fuerte" puede poner demasiada presión sobre ellos para mostrarse fuertes o valientes cuando no tienen la energía para serlo. Las familias pueden ejercer presión no intencionada a los pacientes de cáncer cuando esperan o necesitan que sean fuertes todo el tiempo. En ese caso, tal vez pueda jugar un papel importante para un amigo que tiene cáncer. Él o ella quizás le conoce bien y le tiene la confianza para decirle cosas sin que usted tenga la relación o expectativas de un pariente. Este tipo de relación puede ser un gran regalo para alguien con cáncer.
Es por naturaleza humana que uno quiera distanciarse de alguien cuando esa persona enferma. El cáncer nos obliga a enfrentar nuestros propios temores acerca de las enfermedades, debilidades o muerte. Esto puede provocar que evitemos a la persona afectada. Sin embargo, el aislamiento puede ser un problema para la gente con cáncer. ¡Haga un esfuerzo adicional por acercársele!
Si su amigo(a) necesita equipo médico o dinero para ayudar a cubrir los costos relacionados con el tratamiento, usted puede averiguar si se puede donar algo u organizar una rifa para juntar dinero. O simplemente puede pedir contribuciones para comprar algo que se necesite, si es que no lo cubre el seguro.
Su amigo(a) podría buscarle para pedirle consejo sobre asuntos financieros, del trabajo u otras preocupaciones. Hable con honestidad. Si puede, ayude; pero si ofrecer este tipo de asesoría le hace sentir inconveniente, dígalo. Hay muchos lugares donde la persona puede buscar apoyo y ayuda, y usted le puede sugerir que busque la ayuda de un profesional que esté mejor calificado para ofrecerla. Para más información remítase al documento en inglés Financial Guidance for Cancer Survivors and Their Families: How to Find a Financial Professional Sensitive to Cancer Issues.
La clave es la comunicación. Continúe interactuando como solía hacerlo con su compañero(a) en lo posible y hablen sobre cómo la persona está sobrellevando la situación y lo que necesita. Pero no sienta que siempre tienen que hablar sobre la enfermedad. Inclúyale en actividades y eventos sociales. Si no tiene ánimos para algo, permítale que decline la invitación, y continúe considerándole para otras ocasiones salvo que le indique lo contrario.
Pregúntele qué necesita y deje que él o ella le diga qué es con lo que más le puede ayudar. Ofrezca ayuda específica, en lugar de decir: "Llámeme si te puedo ayudar". A continuación se ofrecen algunas sugerencias:
En algunos casos, el cáncer volverá a surgir (recurrir) y el tratamiento comenzará de nuevo. Tal vez la persona con cáncer reaccione igual al tratamiento o de una forma diferente a como reaccionó la primera vez. De nuevo, la comunicación es la clave. Muchos pacientes se alteran mucho cuando se enteran que les ha regresado la enfermedad. Podrían sentir que ya no tienen las reservas de energía emocional o física para pelear la batalla otra vez. Otros parecen aceptar una recaída más fácilmente. Tal vez la esperaban, o simplemente estaban listos, por la razón que sea, para luchar de nuevo. Usted puede ayudar más, si adquiere el conocimiento en cómo comunicarse mejor con la persona con cáncer.
Hoy día, más de 15 millones de personas en los Estados Unidos han padecido algún tipo de cáncer y continúan vivas. Algunas de estas personas ya no tienen cáncer; mientras que otras todavía padecen la enfermedad.
En años pasados, la mayoría de las personas que tenían cáncer no vivían mucho tiempo, pero esto ya no es así. Cada año, más y más personas sobreviven al cáncer. Este es especialmente el caso para los niños con cáncer y aquellos cuyos cánceres fueron encontrados temprano, antes de que se propagaran.
Las tasas de supervivencia son diferentes para las personas con diferentes tipos de cáncer. Algunos tipos de cáncer crecen muy despacio. Algunos responden al tratamiento muy bien. Otros se desarrollan y se propagan más rápidamente, siendo más difíciles de tratar. Si usted conoce a alguien que padece cáncer, recuerde que lo que le sucede a esa persona puede ser muy diferente a lo que le sucede a otra con cáncer.
https://www.cancer.org/es/tratamiento/como-comprender-su-diagnostico/como-hablar-sobre-cancer/cuando-alguien-que-usted-conoce-tiene-cancer.html
Es una de las acciones más nobles del ser humano. Y aunque vivimos en una sociedad cada vez más materialista e individualista, la solidaridad está presente de alguna manera cuando se producen desastres colectivos, les tiene una mano a aquellos que están atravesando una situación límite o que viven en la exclusión social. Un pequeño acto de generosidad puede servir para salvar una vida.

El 1° de abril se evocó el Día Nacional del Donante de Médula Ósea, en coincidencia con el 15° aniversario de la creación del Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas (CPH), del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante.
La donación y trasplante de médula ósea que pueden contribuir a curar males como la leucemia, la aplasia de la médula ósea, el linfoma, la mieloma, déficits inmunológicos y la talasemia, que es un trastorno sanguíneo que se transmite de padres a hijos. Entre un 25% y un 30% de estos pacientes tiene la posibilidad de encontrar un donante compatible en su grupo familiar. El 70% o 75% restante debe recurrir a un donante sano, voluntario y no emparentado. Para evitar el rechazo, la médula ósea donada debe ser 100% compatible con la del paciente y eso solo ocurre en un caso entre 40.000, razón por la cual, se necesitan cada vez más donantes. Desde la creación del CPH, en 2003, más de 500 argentinos recibieron un trasplante con donante no emparentado.
En Tucumán, la representante del Registro de Donantes de Médula Ósea del Cucaituc dijo que ya había 8.000 inscriptos y que la donación aumenta año a año. Agregó que en lo que va de 2018, son 14 tucumanos los que tuvieron la posibilidad de ser donantes y salvar a la misma cantidad de receptores de Argentina, Francia, Canadá, España y Estados Unidos. El Ministerio de Modernización informó que en sitio: argentina.gob.ar/donarmedula, se puede obtener información sobre el procedimiento para realizar la donación.
A fines de marzo de 2017, tuvo lugar una movilización frente al Congreso Nacional para concientizar acerca de la importancia de ser donante y reclamarles a los legisladores la creación de un laboratorio para la tipificación genética de las muestras de los voluntarios ya inscriptos. Actualmente, la sangre es enviada a Estados Unidos, donde es analizada junto con la del posible receptor para confirmar la total compatibilidad.
“La idea de que cualquiera pueda salvar una vida suena grandilocuente... y sin embargo puede concretarse con un simple gesto, como la donación de sangre, que es el primer paso... me acostaba todas las noches pensando en el momento en que me llamarían. Sabemos que es una posibilidad muy remota. ¡Y me pasó!”, contó una donante tucumana.
Sería importante que el Estado promoviera las prácticas solidarias en todos los niveles educativos, así como en el ámbito del deporte y en la administración pública. De ese modo habría una mayor conciencia y se despejarían los temores a donar médula ósea. “Es un momento de gloria; te sentís una elegida. Poder salvarle o mejorarle la vida a alguien, así no lo conozcas, es una sensación única”, dijo la comprovinciana. El escritor mexicano Alfonso Reyes afirmaba: “Cuando una mano se alarga para pedirme algo, pienso que esa mano puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto”
https://www.argentina.gob.ar/donar-medula 
Casi dos años después, Lichu Zeno conoció a su donante
El joven rosarino trasplantado de médula ósea logró ubicar al brasileño cuyo gesto le salvó la vida en un momento crítico. Mostró su foto en las redes y expresó: “Necesitamos más gente como él en este mundo”
Casi dos años después de recibir un trasplante de médula ósea que le salvó su vida, el joven rosarino Lisandro Zeno logró ubicar al muchacho brasileño del que nada sabía hasta el momento. Se llama Anderson, y Lichu mostró su foto en las redes sociales.

“Les presento a Anderson! El brasileño que salvó mi vida!”, expresó el chico de Rosario, cuyo caso se transformó en un emblema de la donación voluntaria.
A pesar que luego de aquella intervención Lisandro sufrió una recaída y debió recibir nuevamente médula de parte de su hermano Lelio, él siempre expresó un agradecimiento eterno al primer donante. Y ahora lo pudo contactar. “Necesitamos más gente como él en este mundo”, señaló.
El 90% de la población puede donar sangre, pero menos de un 5% lo hace. Doná sangre de manera desinteresada y con regularidad: cada donación puede ayudar a más de una persona.
Todos en algún momento escuchamos “se necesitan donantes de sangre para el paciente (…). Por favor, concurrir a (…)”, o un amigo nos preguntó “¿podrás donar sangre para un familiar que la necesita?”. En nuestro país, como en tantos otros, se intenta modificar el sistema de donación de sangre actual, denominado de reposición, por un sistema voluntario, altruista y repetitivo. ¿Qué significa esto?
Lograr, a través de un cambio cultural, que personas que se encuentran en buen estado de salud concurran voluntaria y espontáneamente a donar sangre sin que exista una solicitud previa.
Una persona que dona de forma voluntaria, desinteresada y libre de presiones es siempre más segura que aquella que lo hace bajo solicitud o condicionamiento.
Un donante que repite su donación conoce el procedimiento, las causas de exclusión y sabe, por su proceder y conducta, que puede ser donante.
¿Quiénes pueden donar sangre?
Toda persona entre los 18 y 65 años de edad, con un peso superior a 50 kilogramos, que se encuentre en buen estado de salud, presentando un documento de identidad válido. Se podrá donar sangre si:
Es recomendable haber descansado al menos seis horas la noche anterior a la donación y no está permitido ingerir alimentos con grasa, pero sí infusiones como té, café, mate o jugos de frutas.

¿Quiénes no pueden donar sangre?
Existe una serie de excepciones para ser aceptado como donante de sangre, algunas de ellas temporarias y otras definitivas. Para detectarlas se efectúa una serie de preguntas previas, las cuales están orientadas a cuidar la salud del donante y de quien recibirá su sangre. Algunas exclusiones son:
Sin riesgos no hay excusas
Donar sangre es sencillo y no insume más de una hora hacerlo. En ese momento, el donante recibirá información, completará un cuestionario, responderá algunas preguntas y se le realizarán ciertas pruebas, tales como tensión arterial, temperatura, pulso y determinación de hematocrito, entre otras. La extracción de sangre no genera ningún problema, ya que la cantidad sustraída es menor al 7% del total de sangre y el organismo la regenera en unos días.
El material utilizado para la extracción siempre es nuevo, de uso único, estéril y descartable, con lo cual se garantiza la seguridad del donante y del paciente.
La sangre siempre será minuciosamente analizada. De todas formas, existen “períodos de ventana”, que es el tiempo que transcurre desde el contagio de una enfermedad hasta la reactividad en los análisis. Durante dicho período, una enfermedad podría contagiarse sin ser detectada, razón por la que es de gran importancia la entrevista con el donante y su sinceridad en las respuestas.
¿Dónde donar?
Existen múltiples instituciones que receptan en el servicio de Hemoterapia.
Estos son los centros de Registro de Donantes de Medula
Donar sangre con regularidad garantiza disponibilidad, seguridad y calidad de sangre para quienes lo necesitan.
Vos podés ayudar.

Por la alta demanda de hemocomponentes, el Centro Provincial de Sangre renovaron el pedido a toda la comunidad santiagueña para colaborar con las donaciones.
"Solicitamos a nuestros donantes voluntarios e instituciones amigas a colaborar donando sangre a fin de que podamos seguir asistiendo las necesidades hospitalarias", señalaron.
Los que deseen donar voluntariamente deben dirigirse a Moreno (S) 2203, detrás del Hospital Regional, en el horario antes mencionado.
"Recordemos que la sangre no se fabrica, solo podemos obtenerla de nosotros mismos. Seamos solidarios", convocaron.
Quiénes pueden donar
Podrán ser donantes las personas sanas que tengan entre 18 y 65 años, que no hayan tenido cirugías, tatuajes ni piercing en los últimos 12 meses. Además, deben pesar más de 50 kilos, no padecer enfermedades que sean transmitidas por sangre, entre ellas hepatitis y Chagas. Los voluntarios deben acercarse con su DNI y habiendo desayunado en forma liviana.
http://www.elliberal.com.ar/noticia/336409/por-alta-demanda-llaman-donar-sangre-centro-provincial
A partir de una experiencia dramática con su hija, que falleció producto de leucemia, Néstor Herrera eligió no quedarse de brazos cruzados y comenzar una lucha con la bandera de la concientización.
Es por eso que desde su ciudad de origen, General Madariaga, y a bordo de su moto, decidió iniciar una cruzada hasta Ushuaia para llevar su mensaje hasta la zona más austral del planeta.
La travesía la inició el 15 de marzo y pudo concretarla dos meses y medio después.

Así fue como llegó a Bahía Blanca el pasado miércoles, en medio de la crudeza del frío pero con su corazón desbordado de alegría. "Luego de la muerte de mi hija Laura, a los 24 años, decidimos comenzar una movida junto con mucha gente de mi pueblo. Creamos una fundación denominada ‘Almas gemelas por el legado de Laura Herrera’ y empezamos a trabajar”, resumió este corredor y fanático de las motos que hizo una pausa de escasas horas en Bahía, para luego seguir brindando charlas en otras localidades de la zona, hasta llegar nuevamente al destino de regreso. Posiblemente, si su hija no hubiese padecido aquel proceso con triste final, esta cruzada no se hubiera concretado, aseguró.
“Pero Dios quiso que así fuera. Por eso insisto en la importancia de donar médula, no es doloroso ni cruento, es simplemente destinar media hora de nuestro tiempo y puede salvar una vida”, reflexionó. Su hija, en realidad, pudo recibir la donación tan esperada, aunque 11 meses después de una serie de tratamientos que la fueron deteriorando.
“Ella finalmente murió a causa de la enfermedad y el efecto que causó en su cuerpo tanto tiempo de espera, pero la médula llegó desde San Pablo, en Brasil”, recuerda.
Néstor brindó cifras nacionales poco alentadoras.
“Cuando sufrimos el proceso de mi hija, de un total de 41 millones de argentinos en ese momento, hace tres años, apenas 12 mil estaban registrados en Incucai para donar médula”, recordó.
Se trata de una cifra, dijo, extremadamente escasa.
“Hoy son 200 mil los anotados, pero siguen siendo muy pocos si se tiene en cuenta la cantidad de argentinos”, enfatizó.
“Seguiré luchando mundialmente porque esto debe involucrarnos a todos. Los enfermos no pueden esperar. Hay que decir basta a la confusión y la ignorancia y, de una vez por todas, decidirse a donar médula ósea”, remarcó.
“Mi hija falleció el 7 de julio de 2013. Esto no debe suceder por falta de donantes. No me cansaré de luchar no solo por su memoria sino por la recuperación de muchos enfermos. Hay otras enfermedades que afectan a la sangre además de la leucemia”, expresó.
Néstor hizo un alto en nuestra ciudad, en las puertas del mercado municipal, donde CUCAIBA posee su oficina. Allí fue recibido por vecinos, periodistas y miembros de la institución, entre ellos José Luis La Colla.
Agradeció el recibimiento y valoró la actitud de la prensa que difundió su iniciativa.
http://www.lanueva.com/domingo-impresa/905051/una-cruzada-a-favor-de-la-donacion-de-medula-osea.html
I+D en Área médica
y farmacia clínica
Científicos descubren un mecanismo que podría ser explotado para reducir los riesgos de esta terapia.
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que el intestino es el lugar donde tiene su inicio la reacción de rechazo por la que las células madre hematopoyéticas trasplantadas generan una respuesta inmunitaria que ataca a los órganos del paciente. Según el estudio, los medios químicos y radiológicos utilizados para destruir la médula ósea antes del trasplante dañan la mucosa intestinal. La liberación de mediadores por parte de las células epiteliales moribundas y el acceso de las bacterias intestinales a zonas normalmente libres de flora causarían la activación masiva de los linfocitos T del donante.

Hendrik Poeck, co-autor del estudio, afirma que la protección o la rápida regeneración del epitelio intestinal podría reducir drásticamente la probabilidad de rechazo. Este estudio también ha identificado dos proteínas endógenas involucradas en la defensa frente a bacterias y virus y que, además de inducir inmunidad, también promueve la renovación del epitelio. Dado que era conocido que una de estas proteínas puede ser inducida por el trifosfato de ARN (3pARN), los científicos lo administraron con intención profiláctica a ratones, constatando que el 3pARN protege exclusivamente cuando es inyectado el día antes de la mieloablación; esto es, antes del daño a las células epiteliales.
Poeck indica que ya se encuentran en fase de desarrollo clínico agonistas para estas dos proteínas, por lo que es posible que pronto sean desplegados en múltiples indicaciones.
Foto: Benz / TUM